Con una trayectoria de más de 22 años como diseñador gráfico y después de pasar 12 años entre páginas web, apps y campañas publicitarias, Miki dió un salto de fe y se embarcó en un proyecto que para él era un sueño: llevar la creatividad de una sala de cine dedicada al cine clásico y contemporáneo (Phenomena). Allí ha podido crear carteles para las películas con las que creció.

A partir de ahí, han caído en sus manos diversos proyectos como carteles de cortometrajes, películas, libros, portadas de discos o charlas en escuelas e institutos. Porque una película no empieza en los créditos, empieza en el póster.